Contrapunteo de lo artificial o natural en la melodía de una buena ventilación.
Enero 22 de 2022Cierro los ojos, me reclino en la mecedora y comienzo a imaginar la obra que llevo años por construir, sí, esa misma, todo parece indicar que no logro hacerme entender y más bien siempre termino aturdiendo al inversionista cuando le explico la maravilla que tengo para ofrecerle.
Analizando la situación actual me percato que la Arquitectura Ecológica aún es un concepto, no cuenta con una imagen propia, como es el caso de los estilos o las corrientes arquitectónicas, los cuales nos hacen la vida muy cómoda a la hora de definir un planteamiento estético; me refiero al simple hecho de mostrar una imagen de revista a quien nos encarga un trabajo.
-Es así, o sea, ¿quiere algo minimalista?
Cuando nos consiente con la cabeza, se hizo la luz, podemos comenzar a echarle manos a la obra.
Donde se complica todo es cuando comenzamos a explicar, que para lograr una ventilación natural podríamos comprometer algo de privacidad, ya que por dónde pasa el aire, pasa el ruido, los olores y los espacios requieren mayor aseo.
Persisto en recrear la idea de una ventilación cruzada eficiente, para la cual seguro vamos a requerir la incorporación de patios y patinejos, por lo que emplearemos mas área en nuestra planta arquitectónica, detalle que no guarda relación con lo que se ofrece en el mercado, y no es precisamente lo que visualiza el que esta sentado frente a mi, con la entendible intención de fabricar y vender un inmueble como pan caliente.
Es complejo esbozar una solución de ventilación a través de un monitor que trabaja bajo un efecto de intercambio térmico de temperatura, una pantalla que garantiza que no entre aire del exterior, lo que produce circulación negativa, dejando que el aire caliente que sube en el interior de nuestra edificación termine provocando un efecto de sifón, creando así una succión, la cual produce un microclima muy agradable en el espacio interior. Para realizar este acto de magia necesitamos sol y mucho calor, materiales con alta Valor-U como el bloque de micro concreto y la teja de zinc, no se requiere contemplar las brisas del exterior de la edificación.
-Todo parece indicar que este sistema de ventilación fue creado para nosotros.
Arropamos la idea y nos llenamos de optimismo, ¡oh solución divina!, comenzamos a aclamar.
Pronto nos percatamos que esas condiciones en el trópico húmedo solo se obtienen en horas diurnas, mas no en las nocturnas. Entonces recordamos que en la noche permanecemos inmóviles en una cama a escasos cuarenta y cinco centímetros del piso, por lo que tenemos que hacer que la ventilación llegue a nuestro cuerpo en estado inconsciente, menuda condición.
Ahora hay que tomar en cuenta las brisas predominantes, definir ubicación, orientación, sotavento y barlovento, con tanto enredo ya no tenemos claro las dimensiones de las fenestraciones, si servirán para garantizar las visuales, la iluminación natural, pero sobre todo necesito que contribuyan en mis planes de ventilación. De ser así, cual es el área ideal para producir la circulación de aire deseada.
-Ya nos tenemos que poner a calcular.
Ahora no voy a ser exigente, pero no solo sería calcular el flujo de circulación del aire, también toca calcular la iluminación, si está al norte no tenemos problemas, ¿pero, si es al sur donde se orienta la fachada...?
-Ya aturdí de nuevo al inversionista.
Estamos en una encrucijada, ¿como se puede comercializar el valor agregado que le damos a una edificación que ofrece una correcta solución de ventilación natural?, ¿donde están los consumidores de este producto?, ¿que estímulos ofrece el Estado para quienes realizan estas practicas?, ¿que experiencia existe en el empleo de estas soluciones?
-Ahora se enreda la cosa.
Rápidamente recojo cordel y en susurro voy preguntando, ¿qué le parece el uso de aires acondicionados?, a lo que recibo una respuesta tacita.
-No me disgustan para nada -
Para el área total de construcción que tenemos y los espacios que deberían ser climatizados, le recomiendo que emplee un sistema de enfriamiento por agua, la inversión inicial es un poco más costosa que si empleamos los sistemas de aires acondicionados que enfrían usando gases refrigerantes líquido no inflamable, los que contiene flúor, conocidos en el mercado con el nombre de freón.
Están los R22 que dañan la capa de ozono y el R40 que son una mezcla de gases refrigerantes catalogados de bajo potencial de calentamiento atmosférico.
Nos toma cinco minutos concluir el tema, se argumenta el tópico de los precios y los beneficios que tendría con el uso del enfriamiento por agua.
Finalmente podemos volver a ver esa cabeza consentir nuevamente y seguimos analizando otros elementos requeridos para la edificación en cuestión.
Willis Havilland Carrier diseñó el primer sistema de aire acondicionado moderno en 1902, lanzando así un sector industrial que iba a mejorar de forma radical nuestra forma de vivir, trabajar y actuar. La existencia de una ventilación artificial controlando la temperatura, superó todas las soluciones de ventilación artificial que lo antecedieron, las cuales fundamentalmente inyectaban o extraían aire a temperatura ambiente. Se dice que su descubrimiento junto al de Elisha Otis con su ascensor “seguro” en 1853, motivan al nacimiento de los edificios altos en la ciudad norteamericana de Chicago. Una época donde la electromecánica y la termomecánica se incorporan al mundo del diseño arquitectónico transformando el horizonte de las construcciones hasta nuestros días.
Lo trascendental del caso, es que lo que un día fue el privilegio de pocos, hoy es el uso de muchos, a este fenómeno se le reconoce con el término “desarrollo”. Lo curioso de este tema es, que la ciencia es supuestamente el método que utilizamos para postular una serie de hipótesis que puedan explicar, mediante una derivación directa y lógica, la existencia de muchos fenómenos de la naturaleza, con el descubrimiento de los sistemas de aires acondicionados se abandona la idea de continuar produciendo hipótesis sobre las diferentes formas y soluciones que mejorasen el rendimiento de una ventilación natural cada vez mas eficiente. Aun conociendo lo saludable que resulta respirar el aire puro, por razones desconocidas, no estudiadas y sin ningún argumento racional que conozcamos, se descuida por mucho el buen hábito de incorporar el uso de elementos naturales en nuestra forma de hacer arquitectura, algo que lleva ocurriendo a lo largo del último siglo con mayor notoriedad en los territorios que cuentan con un clima tropical húmedo.
La sensación térmica que produce una acertada solución de ventilación natural, algo que no logramos percibir con la vista, pero nuestra piel logra distinguir y trasmitir a nuestro cerebro provocando placer; magia comparable con la de una melodía que no vemos, pero que al ser percibida por el sistema auditivo logra modificar nuestro ánimo estimulando un repertorio de sentimientos que nunca nos deja de impresionar. Una sensación tan sublime debe requerir mayor atención de los arquitectos y urbanistas de nuestros tiempos.
Encontrar una edificación que aproveche las condiciones de la naturaleza, resulta el privilegio de pocos, cuando hace apenas cien años era algo común. Cómo es posible que se hayan devaluado los recursos que nos ofrece gratuitamente la madre tierra, cuando la lógica indica que la idea era perfeccionar, entender y aprenden a convivir con nuestro ecosistema. Las razones por la que no ha sido este el resultado de lo que hoy estamos viviendo, deberían ser analizadas y estudiadas con mucho detenimiento, hasta que logremos explicar porqué hicimos todo lo contrario y renunciamos a vivir una vida salubérrima.
Nuestro hemisferio Latinoamericano debería distinguirse dentro de este mundo globalizado por ser ejemplo en la preservación de las riquezas naturales, en promover modelos de vidas sostenibles que meticulosamente se integren en el ADN de sus pobladores, precisamente estamos destinados a destacarnos por nuestra creatividad en el empleo de recursos naturales, somos los elegidos para conservar y potenciar la artesanía, la manufactura y el oficio que respete la naturaleza. Los Estados deberían potenciar todo lo que haga un mejor uso de los recursos naturales, los arquitectos desde nuestra trinchera deberíamos empezar a generar una arquitectura propia que nos distinga y nos diferencie de este mundo artificial que por razones ajenas a nuestra voluntad nos ha tocado vivir.
Como dato curioso poco miramos hacia nuestra arquitectura vernácula que sin mucho alago y debido reconocimiento, persiste en nuestro entorno mostrando una notoria robustez, en la mayoría de los casos gozando de muy buena salud. Cuando en cambio mucha de la obra edificada de relativa juventud y basada en preceptos de tipologías arquitectónicas importadas, resulta que padecen de una vejez prematura.
Los ejemplos del insólito en cuanto al manejo de las soluciones erradas que se emplean en la actualidad dentro del patrimonio construido, resultan alarmantes cuando lo comparamos con los antecedentes de nuestra arquitectura.
Las tipologías aborígenes fueron la conclusión clara de una civilización que requería perdurar en el tiempo, estos pobladores ocupan primero que todos nosotros este territorio y con mucho menos recursos lograron implementar soluciones que de alguna manera le hicieron sobrevivir a las inclemencias del tiempo. Por muy primitiva que nos resulten, estas contienen un diseño conceptual que canaliza un entendimiento del clima, algo que la mayoría de los modelos importados en el tiempo demostraron desestimar por completo.
Cuando los ingleses llegaron a nuestras tierras a diferencia de los españoles, portugueses y franceses, analizaron las construcciones de nuestros aborígenes y la interpretaron en una arquitectura apropiada para nuestras condiciones climáticas. Estos esfuerzos son la versión mas sofisticada que conocemos de una arquitectura planteada en el análisis y entendimiento de nuestros parámetros bioclimáticos.
La ventilación es uno de los rubros que requiere mayor estudio y promete un extenso universo por descubrir, siendo uno de los campos donde aún hay mucho que decir. Quizás por alguna razón divina, el tiempo se detuvo en esta materia para bien de las nuevas generaciones, quienes podrán desarrollar y descubrir nuevas soluciones de cómo implementar una ventilación natural eficiente en los espacios interiores, algo tan placentero que provoque cerrar los ojos y reclinarse en la mecedora para seguir soñando con la melodía de una buena ventilación.
Arq. Edelberto Díaz Aguilera